[....] In a hop, she gets off the bed and stands in front of me. Her movement puzzles me, but it calms me to see her expression. There is a lot in her face. I don't know what it is exactly; I think is a mixture of excitement, desire and fear.

 I move to the other side of the bed and lean back. I smile at her. Before joining me, she turns off the lights. The blue moon enters our room.

 She approaches me. Her muscles, firm and powerful. Her lips, juicier than I remembered. Her skin, smooth as silk. Just as I would have liked to be taught, so I teach her. We kiss, I pull her on top of me. She is very tense. Ok, I'll set the course gently. As I undress, I ask her to please take off her blouse and pants, nothing else.

I strip myself without any protocol. In my bare skin, I sit in front of her and say only a small phrase, very soft, of two short words: "Trust me." She smiles, but she is very nervous. I put her hands on my ribcage and guide them down to my hips. There she stops. I move them down. She holds her breath. I straighten up a little and her chin rests between my breasts. I take them in my hands and gently squeeze her face.

 With my hands, I direct her head. I ask her to kiss my skin. She does so, hesitating. “What does it taste like?” I ask her. Her cheeks go hot.

Phase two. I lie back on the bed, letting her touch me as she wishes. Timidly, she caresses my boobs. I kiss her again, and put her right hand on my mons pubis. My hip helps her get the job done. Slowly, her fingers explore me.

I kiss her again, finally I feel her in me. I tremble and muffle a cry with her lips. I accidently bite her, and she responds in kind, biting my bottom lip. Good. With my hand and my hip I keep helping her to get the job done, until I feel she gets more confident.

A few moments later, I start to tremble and I see colored lights. My skin gets goosebumps and I lose my sense of hearing for a couple of seconds. My fingers and toes go numb. Not bad, not bad.

As soon as I regain my composure, I ask her to lie down. She shakes her head and asks me to let her hug me. Inexplicably to me, her eyes fill with tears. As I caress her face, I repeat, "Trust me." I finish undressing her.

I explore her all over with my lips. As I taste her curves, I feel her shudder over and over again. With my left hand, I caress the edge of her body. Then I move my head all over her steel abs and keep going. I stop at her clit. Malena trembles. As my tongue tickles her, she tenses up. She tries to pull my head out of there, but I resist. Then I stop and ask her if she wants me to continue. She nods "yes".

After a few seconds, Malena holds her breath and makes a gesture that seems more pain than pleasure. She covers her mouth with one of her hands, while pulling my hair with the other. She collapses. I allow myself to contemplate her, while I am sitting on my legs before her, taking her knees with my hands. She's too cute, too delicate. I'm excited and very horny, this is not over yet.

I lie at the foot of the bed and smile at her. I guide her head between my knees. Before I even feel her breath, I grab onto her ass and pull her on top of me. I smile at her and she smiles back. Malena does her best, but my kisses may be distracting her.

We roll sideways. I stay on my knees over her and, with my hands, I facilitate her job, while she grabs my neck and forcefully pulls me towards her. I obey. When she releases me, I straighten up and lean my ass against her face. I feel her tongue caress my labia, and then a little further back, I feel her inside my asshole.

I explode in pleasure. Unlike her, I do not hold back. My voice makes her jump. I touch her forearms and they are completely bristling. As she continues to touch me, where she does, I feel electric shocks. I collapse at the foot of the bed.

In the end, I see her looking at me, while she takes my hand and smiles at me. To rest, she cuddles on my chest; I put her hand on my belly. Our legs are tangled. Malena arches herself; she basically stays in a fetal position. She seems a lot smaller than she is.

This was very different from everything I had experienced before, although I admit that I missed... what wasn’t there, but I guess it can be easily fixed. Or I don't know, maybe I could get used to be without it.

All this has been new. While remember this sui generis day that’s coming to an end, with a very delicate voice, Malena thanks me for tonight. I press her against my body, and say two words to her, which perhaps she had never heard from another woman, apart from her momma:

"Te quiero."

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[....] Casi de un salto, se levanta de la cama y se pone frente a mí. Su movimiento me desconcierta, pero me tranquiliza ver su expresión. Hay mucho en ella. No sé qué es exactamente, me parece una mezcla de emoción, deseo y miedo.

Me muevo del otro lado de la cama y me reclino hacia atrás. Le sonrío. Antes de unirse a mí, apaga las luces, quedando iluminada la habitación con la luz azul de la luna.

Su silueta se acerca a mí. Sus músculos, firmes y poderosos. Sus labios, más jugosos de lo que recordaba. Su piel, suave como la seda. Así como me hubiera gustado que me enseñaran, así le enseño a ella. Nos besamos, la jalo encima de mí. Ella está muy tensa. Ok, marcaré el rumbo delicadamente. Mientras me desnudo, le pido que por favor se quite blusa y pantalón, nada más.

En traje de Eva, me siento frente a ella y le digo únicamente una pequeña frase, muy suave, de tres palabras cortas: “Confía en mí”. Ella se sonríe, pero está muy nerviosa. Pongo sus manos en mi caja torácica y las guío hasta mis caderas. Ahí ella se detiene. Las muevo hacia abajo. Ella contiene el aliento. Me yergo un poco y su mentón queda entre mis senos. Los tomo entre mis manos y aprieto suavemente su cara con ellos.

Con mis manos, dirijo su cabeza. Le pido que bese mi piel. Ella lo hace entre muchos titubeos. ¿A qué sabe? Le pregunto. Siendo sus mejillas calentarse.

Fase dos. Me recuesto en la cama, dejo que me toque como ella desee. Tímidamente, me acaricia el pecho. La vuelvo a besar, y pongo su mano derecha sobre mi monte de Venus. Mi cadera le ayuda a hacer el trabajo. Poco a poco, sus dedos exploran un poco más.

La beso nuevamente y la siento en mí. Tiemblo y ahogo un grito con sus labios. La muerdo sin querer, y ella responde de igual manera, mordiendo mi labio inferior. Bien. Con mi mano y mi cadera la sigo ayudando, hasta que ella sola comienza a hacerlo son más seguridad.

Mi garganta se reseca. Comienzo a temblar y veo lucecitas de colores, como si me hubiese encandilado. Mi piel se pone de gallina y pierdo el sentido del oído por unos segundos. Mis veinte dedos se adormecen. Nada mal.

En cuanto recupero la compostura, le pido que se recueste. Ella niega con la cabeza y me pide la deje abrazarme. Inexplicablemente para mí, sus ojos se llenan de lágrimas. Mientras acaricio su cara, le repito: “Confía en mí”. Yo la termino de desnudar.

La recuesto boca arriba y la exploro toda con mis labios. Mientras pruebo sus curvas, la siento estremecer una y otra vez. Con mi mano izquierda, acaricio el borde de su figura. Después, muevo mi cabeza por todo su abdomen de acero y sigo avanzando. Me detengo en su monte de Venus. Malena tiembla. Mientras mi lengua provoca cosquillas, ella se tensa. Intenta retirar mi cabeza de ahí, pero me resisto. Me detengo y le pregunto si quiere que siga. Me dice que sí.

Al cabo de unos segundos, Malena contiene la respiración y hace un gesto que parece más de dolor que de placer. Se tapa la boca con una de sus manos, mientras jala mi cabello con la otra. Se desploma. Me permito contemplarla, mientras estoy sentada en mis piernas ante ella, tomando sus rodillas con mis manos, me causa una enorme ternura. Estoy emocionada, esto no ha terminado.

Me tumbo a los pies de la cama y le sonrío. Guío su cabeza entre mis rodillas. Antes de que sienta su aliento, me aferro a sus caderas y las acomodo encima de mí. Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa. Malena hace su mejor esfuerzo, pero es posible que mis besos la estén distrayendo.

Rodamos de lado. Quedo de rodillas sobre ella y con mis manos le facilito el panorama, al tiempo que me toma del cuello y con fuerza me jala hacia ella. Yo obedezco. Cuando me suelta, me yergo y apoyo mi cadera contra su cara. Siento su lengua acariciar mis labios, y luego un poco más atrás, la siento dentro de mí.

Exploto de placer. Contrario a ella, yo no me contengo. Mi voz la hace brincar. Toco sus antebrazos y están completamente erizados. Mientras ella me sigue tocando, en donde lo hace, siento choques eléctricos. Me desplomo al pie de la cama.

Al final, la miro mirándome, mientras toma mi mano y me sonríe. Para descansar, ella se acorruca sobre mi pecho, pongo su mano en mi vientre y ahí las dejamos las dos. Nuestras piernas quedan están entrelazadas. Pero en lo que Malena se acomoda, queda básicamente en posición fetal, haciéndose pequeñita.

Es muy distinto a todo lo que había vivido antes, aunque reconozco que me hizo falta… lo que hizo falta, pero supongo que se puede arreglar fácil. O no sé, quizá podría acostumbrarme.

Todo esto ha sido nuevo. En lo que repaso en mi mente todo este día sui géneris, con una vocecita muy delicada, Malena me agradece por esta noche. Yo la aprieto contra mi cuerpo, y le digo dos palabras, que quizá no había escuchado de otra mujer nunca, además de su mamita.

“Te quiero.”